jueves, 22 de octubre de 2009

Querido Sr. Fanelli:



Vi su foto
en la estación
de la calle 79. Usted decía
estar interesado en
cualquier comentario que
pudiera hacerle sobre
el estado de la
estación. Sr. Fanelli,
hay un montón de
escombros en la estación
de la calle 79 que hacen
desagradable esperar
en ella más de unos
minutos. La estación
podría recibir unas manos
de pintura y quizá
nuevos parlantes que
permitan entender
los anuncios de retrasos
que siempre están
transmitiendo. Sr.
Fanelli––hay un
montón de gente durmiendo
en la estación de la calle 79
y me pone triste
pensar que no tienen
un hogar adonde ir. Sr.
Fanelli, ¿no piensa que
podría encontrarles un lugar
más confortable para que
descansen? El subte es
muy ruidoso, en especial con
todos esos trenes expresos
pasando raudamente cada
pocos minutos, eso cuando los
trenes funcionan.
Debo admitir, Sr. Fanelli, que
pienso que la estación de la calle
79 está en bastante mal estado
y a veces de noche
mientras doy vueltas en mi cama
pienso que el mundo
tampoco hace las cosas
demasiado bien, y me
pregunto que irá
a pasar, hacia dónde
apuntan nuestras cabezas, si
apuntan a algún lado, incluso
si tenemos cabezas. Sr.
Fanelli, ¿no piensa que si
pudiéramos tan sólo empezar
con la estación de la
calle 79 y hacer lo que
pudiéramos con ella
entonces quizá podríamos,
usted sabe, me parece, seguir
avanzando desde allí? Sr.
Fanelli, cuando vi su
foto y el cartel
pidiendo sugerencias
pensé que si
usted realmente quería
llegar a fondo
con lo que está mal,
quizás era mi obligación
escribirle: quizás
usted nunca estuvo en
la estación de la calle 79
porque está muy ocupado
manejando las estaciones
de la calle 72 y la calle 66,
quizá no conoce
los problemas que tenemos
en la 79––me refiero a
la mugre y las frecuentes
demoras y la sensación de
total miseria que
impregna el lugar. Sr.
Fanelli, ¿llegó hasta aquí
en la lectura de la carta
o recibe tantas
cartas todos los días
que no tiene
tiempo para dar a cada
una toda la atención
que exige? ¿O soy
la única persona que
acepta su invitación
a contactarse sólo que
usted no tiene suficiente
experiencia sobre cómo
responder? Lamento
no poder captar su atención
Sr. Fanelli porque realmente
creo que si usted
pide comentarios
debería estar dispuesto
a actuar en consecuencia––aun
si debería es una palabra
demasiado grande para lanzar
en este momento.
Sr. Fanelli
espero que no
piense que soy descortés
si le hago una
pregunta personal.
¿Sale mucho
de la oficina?
¿Va al cine,
prefiere acaso
los deportes––o quizá
noches tranquilas en un
restaurante del barrio?
¿Lee mucho, Sr. Fanelli?
No digo sólo
Gibbons y esas
cosas, sino filosofía––
¿leyó mucho
Hanna Arendt o
prefiere acaso
una perspectiva
más ideológica?
Pienso que si entiendo
cómo se formó, Sr.
Fanelli, podría escribirle
más convincentemente,
más persuasivamente. Sr.
Fanelli, ¿sale
de la ciudad alguna vez––
quiero decir como hasta Bear
Mountain, o hasta
Montauk? Quiero decir ¿se da
cuenta de lo desagradable que
es el aire en la estación de la
calle 79––que podríamos
usar allí algún sistema de
refrigeración o de filtrado
de aire? Sr.
Fanelli, ¿no piensa
que podríamos
encontrarnos y
conversar sobre
estas cosas
personalmente? Hay
algunos otros puntos
que me gustaría examinar
con usted si pudiera
tener la ocasión. Cosas
que me gustaría
contarle pero
sería reticente a
volcar en el papel.
Sr. Fanelli, no me he
estado sintiendo muy bien
últimamente y pensé
que reunirme con usted cara
a cara podría cambiar
mi humor, podría
ponerme en una nueva disposición
de ánimo. ¿Quizá podamos
juntarnos a almorzar?
¿O quizá después del trabajo?
Piénselo, Sr.
Fanelli.
(BULEVAR de los poetas,
Clarín, 14.06.03)


Charles Bernstein (Nueva York, E.E.U.U., 1950)

(Traducción: Jorge Santiago Perednik)


Dear Mr. Fanelli

I saw your picture
in the 79th street
station. You said
you’d be interested
in any comments I
might have on the
condition of the
station Mr. Fanelli,
there is a lot of
debris in the 79th street
station that makes it
unpleasant to wait in
for more than a few
minutes. The station
could use a paint
job and maybe
new speakers so you
could understand
the delay announcements
that are always being
broadcast. Mr.
Fanelli—there are
a lot of people sleeping
in the 79th street station
& it makes me sad
to think they have no
home to go to. Mr.
Fanelli, do you think
you could find a more
comfortable place for them
to rest? It’s pretty noisy
in the subway, especially
all those express trains
hurtling through every
few minutes, anyway when the
trains are in service.
I have to admit, Mr. Fanelli, I
think the 79th street station’s
in pretty bad shape
& sometimes at night
as I toss in my bed
I think the world’s
not doing too good
either, & I
wonder what’s going
to happen, where we’re
headed, if we’re
headed anywhere, if
we even have heads. Mr.
Fanelli, do you think if
we could just start
with the 79th street
station & do what
we could with that
then maybe we could,
you know, I guess, move
on from there? Mr.
Fanelli, when I saw your
picture & the sign
asking for suggestions
I thought, if
you really wanted to
get to the bottom
of what’s wrong then
maybe it was my job
to write to you: Maybe
you’ve never been inside
the 79th street station
because you’re so busy
managing the 72nd street
& 66th street stations,
maybe you don’t know
the problems we have
at 79th—I mean the
dirt & frequent
delays & the feeling of
total misery that
pervades the place. Mr.
Fanelli, are you reading
this far in the letter
or do you get so
many letters every day
that you don’t have
time to give each
one the close attention
it desires? Or am I
the only person who’s
taken up your invitation
to get in touch &
you just don’t have enough
experience to know how to
respond? I’m sorry
I can’t get your attention
Mr. Fanelli because I really
believe if you ask
for comments than you
ought to be willing
to act on them—even
if ought is too
big a word to throw
around at this point.
Mr. Fanelli
I hope you won’t
think I’m rude
if I ask you a
personal question. Do
you get out of the
office much?
Do you go to the movies
or do you prefer
sports—or maybe
quiet evenings at a
local restaurant? Do
you read much, Mr. Fanelli?
I don’t mean just
Gibbons and like
that, but philosophy—
have you read much
Hanna Arendt or
do you prefer
a more ideological
perspective?
I think if I understood
where you are coming from,
Mr. Fanelli, I could
write to you more cogently,
more persuasively. Mr.
Fanelli, do you get out
of the city at all—I
mean like up to Bear
Mountain or out to
Montauk? I mean do you
notice how unpleasant
the air is in the 79th
street station—that we
could use some cooling
or air-filtering system
down there? Mr.
Fanelli, do you think
it’s possible we
could get together
and talk about
these things in
person? There are
a few other points
I’d like to go over
with you if I could
get the chance. Things
I’d like to talk to
you about but that
I’d be reluctant to
put down on paper.
Mr. Fanelli, I haven’t
been feeling very good
lately and I thought
meeting with you face
to face might change
my mood, might put
me into a new frame
of mind. Maybe we
could have lunch?
Or maybe after work?
Think about it, Mr.
Fanelli.

(from My Way: Speeches and Poems,
Chicago: The University of Chicago Press, 1999)


RECOMIENDO leer el estudio crítico de Jorge Santiago Perednik, aquí.


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