martes, 13 de octubre de 2009

25 (Fragmento)




















Lo que era no es,

fue, lo que antes era,
no, después, lo que era
después, antes, no
es más, fue, lo que
en un tiempo era,
no es, lo que antes
era hueso de caballo
ahora se muele
para hacer polvo sagrado,
no más hueso, lo que era
una piedra de doce ángulos
se fracciona y es piedra envasada
en el país de los 50.000 abogados,
entonces quemá las radiografías,
pintá los huesos de caballo, entregá el escudo,
avisale, andá, que esto se pone raro
a la viuda de Noble,
lo que era metal es madera,
lo que era, no, o parecía
Kojak destapando la pileta era
Telly Savalas vendiendo un tour
a un geriátrico de Arkansas,
lo que era no es, más,
no, fue, era; lo que era
espacio entre objeto
y pensamiento, no está más,
lo que era decir "la suerte de
los idiotas cambia cuando
se dan por vencidos'' después o antes,
en un tiempo, cambió; era: espacio
entre mente y pensamiento; es: no
espacio entre mente y pensamiento
y la suerte de los idiotas
no cambia aunque corran a dinamitar
todos los muelles de Fray Bentos,
aunque coman fuego, escupan querosén,
se escapen de una cámara de agua en menos de uno,
incendien locales de tatuajes, bajen la bebida de un trago
y salgan a hacer estragos por la ciudad,
saqueando bibliotecas por encargo de un juez,
lo que era relámpago, cambia, es trueno,
seguido por, después o antes,
lo que era trueno, cambia, es relámpago,
o viceversa, hasta no saber, no sé, en realidad,
no se sabe, no puede ser sabido,
si lo que seguía al trueno era relámpago,
o, a decir verdad, viceversa; lo que parecía
ser, lo que sin lugar a duda era, lo que empezó
siendo una mancha de óxido en el cielo
resultó ser, al final, era, en realidad,
una piedra opaca, una piedra casi
con forma de riñón,
que la mente escupió, volvió a tragar, pulió
y finalmente retuvo.

(De Punctum)

Martín Gambarotta (Argentina, Buenos Aires, 1968)



IMAGEN: Castelli (Bicentenario), pintura de Ariel Mlynarzewicz.


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